Una injusticia que honra
Estaba revisando el Blog de Antón, cuando .... me encuentro con la reseña de una interesante tesis de Doctorado, de una niña brasileña, que se puede ver aquí, etc.
No hablo portugués, pero como se sabe, para los castellanohablantes esa lengua nos resulta fácil de interpretar, así que me pongo a leer la interesantisima y amenísima tesis (que es políticamente incorrectísima,...), y con lo primero que me encuentro es con lo que sigue: (no es traducción, es una interpretación personal del mismo tema).
Si hay algún término inadecuado es totalmente intencional y de mi propia y única responsabilidad
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Un día 12 de Mayo de 2008 falleció Irena Sendler (Sendlerowa).

Terminada la guerra, Irena poco a poco se fué reencontrando con los niños por ella salvados, y se la fué reconociendo con diversos homenajes.
Hasta que en 2007 fué nominada, por fin, y con 60 años de retraso, candidata al Premio Nobel de la Paz.
La biografía de Irena está en la Wikipedia.
Desgraciadamente en esa oportunidad el Comité Nobel tenía una prioridad insoslayable, y ya se sabe el desenlace:

El par de tortolitos de la foto, a los que me abstengo de nombrar por razones de higiene mental (y textual), debían recibir el galardón ese año.
Uno, el Malthusiano furioso que trató de imponer el aborto a los paises pobres en la "Cumbre" de "El Cairo", merecía un desagravio por la elección que le robaron; el otro, el imbécil que quiere prohibirnos comer carne (entre otras muchísimas cosas más que quiere prohibirnos), encabeza un engendro de la O.N.U. llamado I.P.C.C., un hatajo de burócratas inútiles que ocupan su improductivo tiempo en elucubraciones sobre cómo será el clima de los próximos cien años y las "medidas" para modificarlo.
Ni caso tiene decir que ambos son millonarios, aunque el de corbata celeste lo es mucho más, ya que sus ideales socialistas no alcanzan a contaminar sus manejos comerciales.
En fin, Irena Sendler, falleció al año siguiente, y ya no hay forma de reparar la injusticia (suponiendo que sea una injusticia; de un tiempo a esta parte pareciera a veces que no hay mayor homenaje que ser ignorado por el comité Nobel).
Etiquetas: Al Gore, Irena Sendler, Nobel de la Paz, Rajendra