(¡It is the carbon cycle, stupid!)
Un lechuguino traído del otro lado del mundo nos reconviene sobre nuestros hábitos alimentarios, (por su negativo efecto en el clima), y aquí le dan tribuna en una universidad y en el principal diario del país, ....y hasta es seguro que le han pagado.
¿Cómo se llama eso....? ¡exacto!, eso se llama subdesarrollo.
El
caballerete de la foto es Christopher Weber, doctor en ingeniería y política ambiental de Carnegie Mellon University, considerado un ¨gurú¨ a nivel mundial por sus estudios de ¨huella de carbono¨(¿?); el tipo estuvo en Chile traído por la Universidad Andrés Bello.
Como se podía esperar, Christopher no escatimó admoniciones, con la esperanza de que algo quedara en las obtusas mentes de estos indios del fin del mundo que nada saben de nada.
En fin, con algo de suerte una que otra semilla caerá en terreno fértil,. (... al fin y al cabo nadie dijo que salvar al planeta fuera una tarea fácil).
Por ejemplo:
El experto explica que "la carne de vacuno en particular tiene una gran huella de carbono porque necesita mucha tierra para producirla, lo que repercute en deforestación de bosques. Las vacas, además, tienen el problema de que producen gas metano al digerir su alimento, lo que se transforma en gases invernadero".
De lo anterior se concluye la tremebunda sentencia del encabezado: "Comer carne contamina más que usar el auto".
Para entender la aparente crudeza de esta advertencia, hay que considerar que cometieron (los muy desatinados) la imprudencia de traer a Christopher justo en septiembre, cuando los chilenos celebramos nuestras efemérides (elecciones, golpes de estado, matanzas, juntas de gobierno, primavera, circos, parada militar, etc.,etc.,,), y toda la gente se dedica durante este mes, con la más escrupulosa devoción, a hartarse de carne asada y vino tinto, en un ritual nacional de lo más ameno que se pueda uno imaginar.
Esto se nota en el aire, donde los efluvios de las brasas y las carnes no cesan ni en la noche. A no dudarlo, esto tiene que haberle parecido chocante a nuestro invitado, quien reaccionó con juvenil vehemencia.
No se explica de otra manera que haya declarado esta monumental imbecilidad y que la haya dicho en serio.
Si hasta "El Mercurio" (habitualmente un sumiso seguidor de la prensa progre española), publicó la nota con un dejo de ironía, llamándole "gurú ambientalista".
Pero en un generoso esfuerzo por analizar en serio la propuesta, con calma y sin descalificación.... a la postre uno no sabe qué pensar; o nos toman el pelo o nos creen idiotas:
"las vacas tienen el problema de que producen gas metano al digerir su alimento"..... dice él, ...claro... ¿y acaso nosotros no?, sí, pero la diferencia podría estar quizá en que las vacas comen exclusivamente pasto, y el pasto es casi pura celulosa, un polisacárido de estructura compleja (C6H10O5)n, equivalente a un encadenamiento de hasta 500 moléculas de glucosa, del cual tienen que salir los carbohidratos simples que constituirán todo lo que en definitiva, es la vaca, ; (carne, cuero, huesos, leche, ....etc), ...y además la vaca tiene que obtener suficiente energía para moverse, crecer, engordar, etc., etc., y todo aquello a partir del abundante y humilde pasto,. ..¿no es acaso maravilloso?
Claro que lo es: es el más bello, misterioso y fascinante proceso de la naturaleza, .... el ciclo del carbono, lo que nos mantiene vivos a Ud. y a mi, y a cualquiera cosa que respire en este "planeta". Y en estricto rigor, no es la vaca la que obra el milagro, sino las bacterias que viven dentro de ella; las bacterias, esos seres que son los únicos en la Tierra capaces de digerir la celulosa, en un proceso laborioso en el que es inevitable que se emita el CH4 (metano).
Los mismos ignorantes que demonizan al metano en un artículo, lo llamarán "gas natural" o "biogás" en otro, según la conveniencia del momento; se escandalizarán de una represa o de un arrozal diciendo que emanan metano, y les parecerá de lo más inocuo el mismo gas emitido por un pantano (ahora rebautizado como "humedal"), evidenciando la inconsistencia de su absurda ideología.
Pero....supongamos que en un heroico esfuerzo de nuestra parte, y como un tributo al superior objetivo de la salvación del clima, renunciáremos por fin, voluntaria y conscientemente, a comer carne. Eliminamos las vacas de los potreros y dejamos que el pasto se pierda, y entonces,.... ¿qué sucedería?,
... sucedería que las mismas bacterias, ahora no desde el interior de la vaca sino en el perfil del suelo, se encargarían de hacer lo mismo que vienen haciendo desde hace cientos de millones de años; descomponer la celulosa y devolver a la atmósfera el carbono (que en todo caso de allí provino), en forma de metano y CO2, repitiendo una y otra vez el más bello y fascinante de los ciclos de la naturaleza, y en definitiva permitiendo la continuidad de la vida en la Tierra (el "Planeta", como dicen los progres).
Siempre hay gente dispuesta a repetir cualquier tontería que se haya puesto de moda. Cuando escucho aquella idiotez de la "huella de carbono", no puedo de dejar de pensar que la tal "huella" somos nosotros mismos; la vida es carbono. Al menos aquí en este planeta, no hay vida imaginable sin carbono.
Tome Ud. a un gonzález cualquiera, extráigale el 70% de agua que contiene (y tal vez un porcentaje no despreciable de alcohol), y del material seco que quede, la mayor parte será carbono. Y lo mismo ocurrirá si repite el experimento con cualquiera otra cosa que respire, sea animal, vegetal, o procarionte. Es por eso que el carbono debe estar, abundante y disponible siempre, en el aire, en los suelos, en los seres vivos, en las aguas dulces y en el mar.
La "huella de carbono" en el planeta, es en fin...la vida misma.
Pero volviendo a nuestro Christopher; quizá la declaración más impresionante, (la que dejó en silencio a sus auditorio), fué la siguiente:
Una de las cosas que estimamos en el estudio fue¨... ¿si una persona dejara de comer carne una vez a la semana, cuánto se ahorraría en emisiones de automóvil? Nuestra conclusión fue que equivale a no andar en auto unos 2.900 kilómetros al año", dice.
Este muchacho nos advierte entonces, de que sería muy bueno para el clima si dejásemos de comer carne una vez a la semana (claro que la idea originalmente es de Pachauri).
Nadie le ha explicado al pobrecillo que en el mundo real hay muchos millones de personas que lo que más quisieran sería comer carne ....siquiera una vez en la semana.
(Deberían invitarlo a dar conferencias en Argentina....)
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